Consejos generales

Calcular bien la medida para no quedarnos cortos calculando metros terminales para la sujeción, las vueltas del winch y auto-cazante. En caso que no haya  auto-cazante, la distancia a la bita o cornamusa.

Podemos alargar la vida del cabo:

En caso de hivernaje de la embarcación, los cabos, amarras de respeto, brazas etc ..  que no van pasados al palo o trincan velas protegerlos de la intemperie en la medida de lo posible.

Hacer un buen mantenimiento desalinizando los cabos: sumergiéndolos en agua dulce durante unas horas, cuando empiecen a endurecerse. Así como baldearlos con mayor profusión cuando baldeamos el barco.

Cuando empezamos a ver una mínima rozadura le damos la vuelta al cabo sin olvidarnos de pasar una piola atada al chicote del cabo para que nos sirva de guía y así evitar la coincidencia en el mismo lugar de rozadura. Para ello también podemos cortar un trozo de cabo en el chicote que unimos al puño de la vela.

En el caso de que un cabo se guarde mojado en un lugar húmedo pueden aparecer unas manchas oscuras de hongos. En ese caso los sumergiremos en agua con sal y lejía al 10% durante unas 6 horas y posteriormente en agua dulce durante unas horas. Esto no afectará a las características técnicas del cabo.